Nada más que niños

DxtBaseAtletismo

 

 

 

Están en cada recinto deportivo sin importar la categoría. Muchos partidos, muchos niños, competición…

Pero son solo niños. Niños que solo buscan pasárselo bien cada fin de semana participando en los Juegos Escolares de su ciudad. Anotar una canasta o un gol; ser el compañero que dé el pase a ese otro jugador que hasta ese momento nunca había conseguido un punto.

Niños. Con ganas de pasarlo bien y de complacer a sus padres. Unos padres que en muchas ocasiones están en la grada o a pie de campo. Y a su entrenador, al que quieren demostrar lo bien que lo hacen, lo mucho que se esfuerzan por conseguir una palabra de ánimo y reconocimiento.

Malas actitudes

Pero no siempre estas palabras llegan, ni los que se supone que deben compartir estos  momentos de diversión lo hacen. Porque olvidan que son niños. Olvidan, en definitiva, el espíritu del deporte base.

Cada semana padres y aficionados son testigos de lo que ocurre en los campos de la ciudad y, a veces, ven cosas sonrojantes. Todos los padres quieren tener un Cristiano Ronaldo en casa o un Iniesta. Un Pau Gasol; un Joseja Hombrados, quizá. Pero llegar a vivir del deporte es algo tan difícil que empeñarse en lograrlo desde el primer día es abocarse al fracaso. El deporte es juego, y todo lo que exceda de esa idea no es sembrar para el futuro.

Padres que gritan desde las gradas y que desautorizan al entrenador de sus hijos, que riñen a sus pequeños y que increpan a otros padres. Todo para demostrar que su hijo es el mejor.

Mención aparte merecen sus entrenadores. La gran mayoría son personas que disfrutan viendo jugar a sus pequeños, aunque se enfadan, como es normal, cuando alguno no hace las cosas bien. Pero de ahí a los enfrentamientos con sus homólogos hay un paso grande. También están los que increpan a los árbitros, en muchas ocasiones muy jóvenes, que recién estrenan su silbato.

Todos olvidan que son solo niños, que lo importante es jugar y divertirse, adquirir valores que fomentan el deporte como el compañerismo y la solidaridad con el compañero, o el respeto hacia sus rivales y a la autoridad que corresponda.

Por suerte son pocos los que olvidan esta máxima, que no tienen en cuenta que no solo por la victoria pasa aprender, ni mucho menos por ser el mejor. No por ser pocos dejan de sobrar en los campos. Es un deber de todo aquel que se acerca al deporte base evitar que se manche una competición que en la que debería reinar el fair play.

Espíritu DXT Base

 Por suerte para todos, existen muchos padres y entrenadores que suman en lugar de restar, que hacen que cada fin de semana sus niños crezcan; que sean mejores personas y mejores deportistas. Porque ellos sí saben que son solo niños. Ellos saben que lo más importante son las sonrisas que llevan cuando el partido termina. Estos entrenadores, los que les felicitan cuando las cosas se hacen bien y les riñen desde el cariño cuando las cosas se hacen mal, son los que sí entienden que son solo niños y que el deporte base es solo por y para ellos.

Deja un comentario

Archivado bajo Uncategorized

Deja un comentario